La vivienda de diseño moderno está concebida para aprovechar al máximo la luz natural y su entorno. Su fachada principal, con dos diagonales estratégicas, permite optimizar la entrada de sol en invierno y mantener la sombra en verano, favoreciendo el confort térmico. En su interior, las vistas se dirigen hacia un jardín colindante, mientras que los espacios de servicio quedan orientados hacia otras fachadas. Los tonos neutros combinados con acentos cálidos y líneas modernas crean un ambiente elegante y acogedor, que equilibra la estética contemporánea con la funcionalidad.
Dirigir las miradas.
La casa de diseño moderno se concibe para maximizar la conexión con el entorno natural, dirigiendo todas las vistas principales desde su interior hacia un jardín colindante que actúa como punto focal. Grandes ventanales y espacios abiertos permiten que la luz natural y la vegetación exterior se integren en el interior de la vivienda, creando un ambiente de calma y serenidad. Al mismo tiempo, las vistas de servicio, como las de los baños y áreas técnicas, se orientan estratégicamente hacia otras fachadas, asegurando privacidad y una distribución funcional que prioriza tanto la estética como la eficiencia.